ISABEL LÓPEZ TRIANA
29 octubre 2014
2 min. lectura
Para evolucionar en la gestión a veces es importante parar y volver sobre el origen de las palabras y los conceptos que utilizamos. De esta manera recobran sentido y recuperamos la fuerza que orienta nuestras decisiones.
La etimología de la palabra responsabilidad, que tantas veces usamos, viene del latin responsum, una forma del verbo “responder”, por eso a veces la definimos como la “habilidad para responder”. Si pensamos en la responsabilidad empresarial, podríamos concebirla como la habilidad de las organizaciones para responder… pero responder ¿a quién?
El economista italiano Stefano Zamagni, profesor de la Universidad de Bolonia al que Canvas tuvo ocasión de escuchar recientemente en el coloquio organizado por la Asociación de Directivos de Responsabilidad Social DIRSE, brinda una interesante perspectiva a este tema. Hace referencia a la necesaria transición de la responsabilidad social corporativa de las empresas hacia la responsabilidad civil, un concepto más amplio e inclusivo, que proviene del latin civitas, vinculado a civilización, “todo lo relativo al ciudadano”, e izare “convertir en”.
El empresario con responsabilidad civil se ocupa no solo de su empresa sino también de influir para modificar las reglas del juego. Para Zamagni la empresa civil entiende que su papel no es solo producir rentabilidad sino ser generativos del bien común, de “crear civilización”. Esto implica actividad innovadora hacia dentro y fuerte compromiso hacia fuera, con una cooperación estrecha entre la esfera pública, la privada y la sociedad civil. Las empresas son generativas ellas mismas per se, saben cómo emprender y pueden hacer generativos a otros.
En el Radar: Issue 5 de Sustainability publicado ayer sorprende de forma positiva el artículo Business Finding its Voice, que describe a las empresas como poderosos agentes de cambio global, cada vez más abiertas a usar su influencia para involucrar y movilizar a otros actores hacia una economía más sostenible. «Si alguien está en condiciones de desafiar nuestro defectuoso sistema capitalista son aquellas organizaciones que se sitúan en el corazón del mismo», rotunda afirmación que recuerda el rol activo que deben cumplir las empresas, más necesario que nunca hoy en día.
Isabel tiene una amplia trayectoria de más de 20 años dedicada a la consultoría en reputación corporativa y sostenibilidad
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