Economía y empleo: sectores que más preocupan tras el COVID-19

La pandemia causada por el COVID-19 no es solo una crisis sanitaria. La sociedad asegura que esta situación excepcional tendrá un impacto negativo a medio y largo plazo en la economía global y en el mercado laboral.

La sociedad percibe la situación actual en mayor medida como una crisis económica, en especial por su impacto en el empleo, que como una crisis sanitaria, señala un nuevo estudio de Ipsos. De hecho, en países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania o Canadá entre el 12 y el 21 de marzo aumentó en más de 10 puntos la proporción de personas a las que preocupa el impacto de esta crisis en el empleo.

En última encuesta de @dvisor_Ipsos en 14 grandes países, más de la mitad de las personas (51%) afirma que el brote de #coronavirus supone una gran amenaza para su trabajo o negocio. Este sentimiento ha aumentado en las economías desarrolladas👉https://t.co/Eg6C7FNsTe #empleo pic.twitter.com/QJ79Mc1k8Q

— Ipsos España (@IpsosSpain) April 1, 2020

Esta percepción se debe a los cambios que se están precipitando en los mercados internacionales y a la rápida pérdida de puestos de trabajo en todo el mundo. Solo en España se han perdido casi un millón de puestos de trabajo desde el comienzo del estado de alarma y la Organización Internacional del Trabajo prevé la destrucción de hasta 25 millones de empleos en todo el mundo.

La contracción del mercado laboral tendrá un impacto directo en la economía. La ciudadanía ya es consciente de ello y crece la proporción de personas que aseguran que esta pandemia afectará a sus finanzas personales y familiares.

A partir de estas percepciones sociales que cada vez son más reales y tangibles, las empresas deberán responder. Primero será clave trabajar en proteger el empleo y la salud de los propios empleados de una organización, adaptándonos para evitar la destrucción de empleo. En segundo lugar, es igual de importante colaborar e impulsar alianzas capaces de reactivar la actividad económica y fomentar el empleo.

Aunque se trate de decisiones complejas, que puedan afectar especialmente en el corto plazo a las organizaciones, su capacidad para contribuir a que el impacto económico de esta crisis sea el menor y más breve posible marcará la diferencia a la hora de mantener o recuperar la confianza de los grupos de interés.

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